miércoles, 13 de junio de 2012

TAN OSCURO COMO LA TINTA


“La Vida es una cajita de sorpresas…” fue el tenue sonido que logró escaparse de la boca del cansado hombre. Este, con un movimiento tan natural como respirar, arrojó su pluma hacía  su escritorio con un gesto de impotencia y desesperación. 

Su cabeza, tan caótica como el estudio donde se encontraba, no lograba concentrarse en la más simple idea, convirtiendo el servir una taza de café fuese una tarea casi imposible. Con un pocillo a medio llenar en su mano comenzó a deambular por la habitación, buscando entre todos los papeles, libros y demás imágenes que previamente había desechado en búsqueda de alguna gota de inspiración que no lo hubiese agotado ya, sin embargo, todo era inútil en este punto, ni siquiera la parte más demente de su ser le brindaba pista alguna de donde empezar la búsqueda por aquella musa  juguetona. 

Encontró una pila de libros donde aparecían las hermosas costas griegas, los viñedos franceses y los imponentes monumentos italianos, estas lograron que el hombre recordara las vacaciones que nunca ha tenido, recorriendo calles que no existen, en búsqueda de aquella iglesia que nunca se construyó o del platillo que nunca nadie ha cocinado. Este fugaz “recuerdo” fue interrumpido súbitamente cuando nuestro desesperado personaje se dio cuenta de que su pluma se había roto, y que la tinta que en ella quedaba comenzaba a amenazar las hojas restantes en su escritorio con ennegrecer los garabatos que en ellas residían.

El hombre corrió con premura, casi como alguien que intenta escapar a la muerte, buscando recoger el charco de tinta pero, al darse cuenta que no tenía nada con que limpiar, no tuvo más remedio que usar su camiseta para evitar la temprana muerte de sus ideas.

                -Suficiente confusión tiene estas pobres hojas conmigo como para dejar que la tinta oscurezca más su cuerpo.- Pensaba para sus adentros mientras se aseguraba de no dejar rastro alguno del accidente. 

Habiendo recogido la mayoría de la tinta, nuestro personaje se disponía a votar todas las partes de su pluma, mientras buscaba una excusa plausible para su novia quien se la había regalado. Sin embargo, su mente se fue alejando de esta idea e inmediatamente entro en un serio estado de reflexión, quieto como un cadáver observaba las diferentes partes y lograba las más extrañas conexiones con cualquier sutil detalle, llegando al extremo de considerar ese objeto como la llave a su espacio en el Nirvana. 

                -¿Acaso eres tu quien arroja todas las ideas que quedan en el papel? ¿Seré yo la herramienta? Si ese fuera el caso, las piezas metálicas son tus huesos y la tinta tu sangre, mientras nosotros solo somos un motor para lograr plasmar sus intricadas ideas en la piel del papel- Decía el hombre en voz alta y exaltada, como si todo esto fuese obvio y el uno de los pocos que lo comprendían- Pero las ramificaciones de esto serían impresionantes, gran parte de nuestra realidad se vería afectada, ¿Es acaso posible que personas como Shakespeare, Lloyd Wright o Darwin hayan sido literalmente grandes plumas

Arrojando rápidamente los pedazos de su pluma a la caneca, tomo su cara con ambas manos, intentando borrar esos últimos pensamientos de su cabeza para no sentirse como un demente, pero seguía moviendo sus manos desesperadamente por su cabeza como si simplemente bastara con empujarlos afuera. 

Ahora el parecía como una sombra que se movía en el espacio, divagando en el a la espera de una señal mientras todo se tornarse más oscuro.

                - Definitivamente la vida es una situación increíble- Se dijo mientras tomaba un segundo aire para continuar su monologo- No entiendo como no lo había comprendido antes, oh! Que estúpido me siento en este momento… Todos nosotros no somos más que pequeñas plumas y todas nuestras acciones son las palabras con las que vamos rayando las grandes hojas del destino.

Todo parecía claro y cierto, él nunca había estado tan seguro de nada ni tan dichoso de haber perdido los estribos de su cordura.

                -Cada paso, cada respiro incluso, son parte de una letra o una gran oración, armando entre todo aquello que somos y que en nuestra inocencia (por no hablar de ignorancia) asumimos que nos llega por sentado. También sería cierto entonces que cada vez que conocemos a alguien es simplemente un cruce entre dos textos, las cuales se dan matices nuevos y crean frases sublimes o caóticas.

Su reflexión fue interrumpida por una sensación, una muy extraña sensación, la cual variaba desde un leve y suave cosquilleo hasta un fuerte pinchazo que demandaba su atención. Con asombro, se dio cuenta que no había recogido todo el charco de tinta, y que ahora las ultimas gotas se habían transformado en un pequeño ser, era amorfo en un principio pero podía moverse y transformarse fácilmente para mantener su atención.

Acercando su mano hacía este extraño ser intentaba descubrir de donde había salido o si era un elaborado constructo de su imaginación, pero no pudo conseguir más información de sus ojos ya que el ser de tinta se había insertado en el.

Asustado comenzó a frotar su mano contra la camiseta, esperando que la tela lo absorbiese todo, sin embargo era inútil, la mancha crecía a medida que la frotaba, moviéndose por sus venas y sus tejidos; su ser estaba sufriendo necrosis por tinta. La mano, miembro que ya no le pertenecía, jalo el brazo hacía una y escribió “Sabes demasiado, es el momento de borrarte”.
Recurriendo a la única solución que se le ocurrió en medio del horror que le produjo la frase, tomo un bisturí que estaba en su escritorio y corto su mano. Para aumentar su sorpresa, el cortar uno de sus miembros no requirió del más mínimo esfuerzo, todos los tejidos y huesos habían desaparecido; ahora el miembro era solo tinta. 

La mano cayó sobre un cúmulo de libros, a los cuales vertiginosamente robo su tinta, aumentando su tamaño, lo cual, le permitió moverse más rápido entre los diferentes montones de bocetos y hacer el mismo proceso. Mientras esto ocurría el hombre grito pidiendo ayuda, sin embargo todo era inútil, un silencio digno de una cripta rodeaba el ambiente y apagaba la fuerza del grito, también se percato de como una bruma negra parecía envolver el ambiente, esto llevó al hombre a aceptar una desgraciada situación; el ya no estaba en la realidad.
Saltando precipitadamente buscó los trozos de su maltrecha pluma, e intento afanosamente ensamblarlos, asumiendo que la punta y la parte del tanque serían la poderosa arma para capturar a este extraño ser.

Incapaz de armarlo por la falta de una de sus manos y el temblor general de su cuerpo, volteo a mirar hacia la habitación en búsqueda de ese ser, pero aquello que lo esperaba fue tremendo, la mancha había consumido gran parte de los libros, bocetos y demás elementos que habían en el estudio y había sufrido otra mutación, convirtiéndose en una versión en 3d del Modulor. Esta silueta que había transformado el mundo, planteando las supuestas proporciones perfectas, estaba parado en frente de el con una sonrisa maliciosa, enmarcada en dientes y labios que no existían.

Con cada paso que daba se hacía más grande e incluso parecía que podía absorber los pocos colores que quedaban en el cuarto para aumentar su ser.

El hombre, resignado a su inminente desaparición, uso la punta de la pluma para cortar su dedo y usar la sangre como tinta para escribir la verdad que ante sus ojos se había revelado en todo el transcurso de la noche. Preocupado por guardar todo escribió a una velocidad supra humana, aunando ideas que solo en su cabeza eran lógicas, no obstante el consideraba importantes para destapar los ojos de todo aquel que leyera sus ultimas palabras.

Pronto la sombra estuvo encima de él, extendiendo su mano y tocando la sombra del hombre, comenzó a movilizar la tinta dentro de él; en ese punto ya todo era historia. En pocos segundos el hombre había desaparecido en el color negro de la tinta, y se confundía con la gran mancha de tinta. 

A la mañana siguiente la novia del hombre bajo, esperando encontrarlo dormido en el estudio o parado en la cocina haciendo café como era costumbre, no obstante la mujer quedo desconcertada cuando entro al estudio y encontró todas las repisas venidas abajo, todas las hojas en blanco, un charco de tinta negra al lado de la mesa de dibujo y una hoja llena de garabatos donde solo se entendía la frase:

                “Sus ojos son de un negro más profundo que la noche, su color y sus intenciones son tan oscuras como la tinta”

2 comentarios:

  1. Diego no se si se acuerda de mi pero yo soy Federico el de el pedregal. Estaba aburrido y me dio por mirar mi facebook cuando vi un comentario q puso hace mucho y me dio por mirar q era de su vida... Y pues encontre esto, como no encontre otra forma de comunicarme ps le puse este mensajito. Si lee este mensaje agregueme en fb me llamo Federico Jara

    ps: esta interesante el concepto de lo que escribio

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